Teniendo en cuenta, que el lanzamiento de artefactos de diferentes formas y tamaños para cazar animales a distancia para conseguir sustento se remonta a muchos miles de años atrás, y que el hombre desde antiguo siempre ha tenido una tendencia a medirse con los demás hombres para demostrar que es mejor, se puede suponer que la exhibición de este tipo de habilidades, lanzar más lejos o con más punteria, podría tener un origen mucho más lejano de lo que nos demuestra la historia escrita. El lanzamiento de jabalina como deporte de competición reglado ya se realizaba en la antigua Grecia, incluida dentro de la prueba de pentatlon, en los Juegos Olímpicos de la antigüedad y en los Juegos Panhelénicos. El pentatlon era la competencia por excelencia de los Juegos Olímpicos; se incorporó en el año 708 a. C. y consistía en las cinco pruebas siguientes:
Estadio (stadion), una carrera de 180 metros a pie
Lucha
Salto de longitud
Lanzamiento de jabalina
Lanzamiento de disco
Estadio (stadion), una carrera de 180 metros a pie
Lucha
Salto de longitud
Lanzamiento de jabalina
Lanzamiento de disco
Reglamento
Se lanza desde un pasillo de una anchura de 4 metros, acabado en un arco de 8 metros de radio. El sector de caída estará marcado con dos líneas blancas de 5 cm de anchura, de tal modo que si los bordes internos de las líneas se prolongasen deberían pasar por las dos intersecciones de los bordes interiores del arco y las líneas paralelas que delimitan el pasillo de impulso y que se cruzan en el punto central del círculo, del cual el arco forma parte. El sector tendrá así 29º aproximadamente.
Para realizar cada intento, el atleta tiene un minuto. Normalmente, cada atleta realiza tres intentos, y los ocho atletas con mejor marca válida, o todos si son ocho o menos, realizan otros tres intentos en orden inverso a su mejor marca.
La jabalina debe agarrarse por la encordadura (al menos la mano del atleta debe tocarla), y lanzarse por encima del hombro o del brazo de lanzar; no se permite lanzarla en rotación ni puede el atleta dar la espalda al sector de caída antes de soltar la jabalina; los estilos no clásicos no están autorizados. Si la jabalina se rompe en el intento o en el aire no se contará como nulo; tampoco si la rotura hace perder el equilibrio al atleta y provoca que toque fuera del arco; en este caso se le permitirá volver a comenzar. En la caída, la punta metálica debe tocar el suelo antes que cualquier otra parte de la jabalina.
Motivos de lanzamiento nulo:
Tocar con cualquier parte del cuerpo la línea del arco o fuera de ella
Salir por la parte de delante del arco o las líneas de prolongación
Salir antes de que se produzca la caída del artefacto
Caer el artefacto fuera del sector
Caer el artefacto incorrectamente, sin tocar el suelo primero la mitad delantera de la jabalina.[2]
Retraso en la ejecución
Características de la jabalina
La jabalina es un venablo alargado con la punta metálica. La longitud de la jabalina es de 260-270 cm en categoría masculina y 220-230 cm en categoría femenina, y un peso máximo de 800 g para los hombres y 600 g para las mujeres. Tiene un asidero, fabricado con cordel, de unos 15 cm de largo, que se encuentra aproximadamente en el centro de gravedad de la jabalina (entre los 90 cm y 110cm). A lo largo de la historia se ha venido acercando a la punta el centro de gravedad de las jabalinas, para hacer que caigan antes, ya que se comenzaban a realizar marcas que excedían el largo de los campos de caída, con el consiguiente peligro.[3]
Técnicas de lanzamiento
El objetivo de efectuar un buen lanzamiento técnico es el de que la jabalina tenga la mayor velocidad posible en el momento de ser lanzada, aunque también influyen otros aspectos que pueden ser controlados, como el ángulo de salida o el alineamiento de la jabalina con los hombros.
Desde el inicio de los lanzamientos en la era moderna, han existido varias técnicas de lanzamiento, existiendo incluso durante algún tiempo una técnica rotatoria, adaptada al lanzamiento de jabalina por Félix Erausquin derivada del lanzamiento de barra, que se practica en el País Vasco. Con esta nueva técnica, Miguel de la Quadra-Salcedo, batió holgadamente la plusmarca mundial de jabalina.[4] Ante la peligrosidad que ofrecia esta técnica para lanzadores inexpertos, la IAAF se vió en la obligación de modificar el reglamento por dos veces, incluyendo en el reglamento que ni el lanzador ni la jabalina podían estar orientados en ningún momento del lanzamiento de espaldas a la zona de lanzamiento.[5] Lógicamente este record no se homologó pese a ser la modificación del reglamento posterior al lanzamiento. Esta técnica era muy peligrosa si no se dominaba perfectamente, puesto que existía la posibilidad de que la jabalina saliera hacia otro lugar que no fuera la zona de la caída con el consiguiente peligro para espectadores y atletas que competían en otras pruebas.
Actualmente se utiliza la técnica denominada clásica, que se adapta, con pequeñas variantes, a las características del atleta. En esta técnica se utiliza una serie de pasos previos al lanzamiento. Normalmente se utiliza una carrera normal, para, despúes, al armar el brazo manteniendo la jabalina a la altura de los ojos y alineada con los hombros en la dirección del lanzamiento, hacer una serie de pasos cruzados y por último efectuar un apoyo con el pie izquierdo (paso de acomodo), bloqueando la parte izquierda del cuerpo, para después con el pie derecho y la cadera efectuar una ligera rotación hacia adentro (paso suave), al mismo tiempo que se suelta el brazo, ejecutando el lanzamiento. La mano izquierda, desde el paso cruzado, se ha de llevar alta para en el momento de lanzar llevarla hacia el lado izquierdo. Después se debe continuar la inercia del lanzamiento, no bloqueándose completamente. Es importante que el lanzador en todo momento esté relajado, pues los músculos se estiran más si están relajados que en tensión, permitiendo una mayor elasticidad en el lanzamiento. Podemos resumir esta técnica diciendo que tiene cuatro partes carrera, paso cruzado, lanzamiento y recuperación.
Se lanza desde un pasillo de una anchura de 4 metros, acabado en un arco de 8 metros de radio. El sector de caída estará marcado con dos líneas blancas de 5 cm de anchura, de tal modo que si los bordes internos de las líneas se prolongasen deberían pasar por las dos intersecciones de los bordes interiores del arco y las líneas paralelas que delimitan el pasillo de impulso y que se cruzan en el punto central del círculo, del cual el arco forma parte. El sector tendrá así 29º aproximadamente.
Para realizar cada intento, el atleta tiene un minuto. Normalmente, cada atleta realiza tres intentos, y los ocho atletas con mejor marca válida, o todos si son ocho o menos, realizan otros tres intentos en orden inverso a su mejor marca.
La jabalina debe agarrarse por la encordadura (al menos la mano del atleta debe tocarla), y lanzarse por encima del hombro o del brazo de lanzar; no se permite lanzarla en rotación ni puede el atleta dar la espalda al sector de caída antes de soltar la jabalina; los estilos no clásicos no están autorizados. Si la jabalina se rompe en el intento o en el aire no se contará como nulo; tampoco si la rotura hace perder el equilibrio al atleta y provoca que toque fuera del arco; en este caso se le permitirá volver a comenzar. En la caída, la punta metálica debe tocar el suelo antes que cualquier otra parte de la jabalina.
Motivos de lanzamiento nulo:
Tocar con cualquier parte del cuerpo la línea del arco o fuera de ella
Salir por la parte de delante del arco o las líneas de prolongación
Salir antes de que se produzca la caída del artefacto
Caer el artefacto fuera del sector
Caer el artefacto incorrectamente, sin tocar el suelo primero la mitad delantera de la jabalina.[2]
Retraso en la ejecución
Características de la jabalina
La jabalina es un venablo alargado con la punta metálica. La longitud de la jabalina es de 260-270 cm en categoría masculina y 220-230 cm en categoría femenina, y un peso máximo de 800 g para los hombres y 600 g para las mujeres. Tiene un asidero, fabricado con cordel, de unos 15 cm de largo, que se encuentra aproximadamente en el centro de gravedad de la jabalina (entre los 90 cm y 110cm). A lo largo de la historia se ha venido acercando a la punta el centro de gravedad de las jabalinas, para hacer que caigan antes, ya que se comenzaban a realizar marcas que excedían el largo de los campos de caída, con el consiguiente peligro.[3]
Técnicas de lanzamiento
El objetivo de efectuar un buen lanzamiento técnico es el de que la jabalina tenga la mayor velocidad posible en el momento de ser lanzada, aunque también influyen otros aspectos que pueden ser controlados, como el ángulo de salida o el alineamiento de la jabalina con los hombros.
Desde el inicio de los lanzamientos en la era moderna, han existido varias técnicas de lanzamiento, existiendo incluso durante algún tiempo una técnica rotatoria, adaptada al lanzamiento de jabalina por Félix Erausquin derivada del lanzamiento de barra, que se practica en el País Vasco. Con esta nueva técnica, Miguel de la Quadra-Salcedo, batió holgadamente la plusmarca mundial de jabalina.[4] Ante la peligrosidad que ofrecia esta técnica para lanzadores inexpertos, la IAAF se vió en la obligación de modificar el reglamento por dos veces, incluyendo en el reglamento que ni el lanzador ni la jabalina podían estar orientados en ningún momento del lanzamiento de espaldas a la zona de lanzamiento.[5] Lógicamente este record no se homologó pese a ser la modificación del reglamento posterior al lanzamiento. Esta técnica era muy peligrosa si no se dominaba perfectamente, puesto que existía la posibilidad de que la jabalina saliera hacia otro lugar que no fuera la zona de la caída con el consiguiente peligro para espectadores y atletas que competían en otras pruebas.
Actualmente se utiliza la técnica denominada clásica, que se adapta, con pequeñas variantes, a las características del atleta. En esta técnica se utiliza una serie de pasos previos al lanzamiento. Normalmente se utiliza una carrera normal, para, despúes, al armar el brazo manteniendo la jabalina a la altura de los ojos y alineada con los hombros en la dirección del lanzamiento, hacer una serie de pasos cruzados y por último efectuar un apoyo con el pie izquierdo (paso de acomodo), bloqueando la parte izquierda del cuerpo, para después con el pie derecho y la cadera efectuar una ligera rotación hacia adentro (paso suave), al mismo tiempo que se suelta el brazo, ejecutando el lanzamiento. La mano izquierda, desde el paso cruzado, se ha de llevar alta para en el momento de lanzar llevarla hacia el lado izquierdo. Después se debe continuar la inercia del lanzamiento, no bloqueándose completamente. Es importante que el lanzador en todo momento esté relajado, pues los músculos se estiran más si están relajados que en tensión, permitiendo una mayor elasticidad en el lanzamiento. Podemos resumir esta técnica diciendo que tiene cuatro partes carrera, paso cruzado, lanzamiento y recuperación.
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